Sí, en
efecto celebro nuestra PRIMERA Independencia, esa la que nos liberó del yugo
español, esa en la que los verdaderos próceres con GUÁRAMO y bastantes BO...S
nos llevaron a ser la tierra grande que en otrora nos jactábamos de tener, esa
que heredamos ¿Recuerdan?, esa en la que vivíamos libres de expresar lo que
pensábamos, en la que podíamos viajar sin tantos inconvenientes para adquirir
divisas extranjeras, en esa patria en la que conseguíamos comida y medicamentos
en todos los anaqueles, en la que teníamos electricidad y agua todos los días,
en esa en la que se nos garantizaba el derecho a la vida, esa en la que no
teníamos presos políticos, esa patria en la que podíamos trabajar y teníamos
para adquirir casa, carro y amoblar la casa. Pero todo ha quedado diezmado por
intereses de unos pocos (Gobierno y "oposición"), les ha sabido a
rábano rancio cualquier vicisitud que nos aqueja, convirtiéndonos en
plataformas políticas de la manera más individualista, vulgar y descarada
saciando así sus más profundos intereses. Porque para todos ellos sólo somos un
número, un voto, una estadística, dejamos de ser venezolanos, para ser los
votantes que los elevan a cargos públicos, que dicho sea de paso, votamos para
que sean nuestros empleados no nuestros jefes.
Anhelo,
deseo y definitivamente quiero celebrar con la más grande fiesta nacional
nuestra NUEVA INDEPENDENCIA, pero no sólo la independencia derivada de un
cambio de gobierno, no. Deseo que nuestra nueva independencia sea libre de los
vicios acrecentados en las últimas décadas: la viveza criolla,
corrupción, bachaqueo, oportunismo, violencia, ausencia de
principios, malos modales, falta de interés, dejadez, conformismo. Esta nueva
independencia debe ser desde cada uno de los venezolanos, en cada hogar, en cada
núcleo familiar, promoviendo buenas costumbres, valores, moral, principios, en
paz y armonía con nuestro entorno.
Es así como
se logra construir un país grande, fuerte, con trabajo y dedicación, sin
esperar un líder mesiánico que nos salve; debemos elegir un gobernante con
la cabeza y no con el corazón, ser razonables y no hacer de
las elecciones de nuestros gobernantes un concurso de
popularidad. Ya basta de populismos, de demagogia, de politiquería. Seamos conscientes de
nuestra realidad y actuemos para tener el país que merecemos y que sea una
herencia digna para nuestros hijos.
Vamos a ser
libres, los invito a luchar para obtener esa anhelada libertad, para
rescatarla. Juntos podemos.
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